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Oh repentino resurgimiento, Oh gracia infinita,

Oh fuego ardiendo en el bosque del deseo,

Hoy llegaste lleno de alegría a descerrajar nuestra prisión.

Hoy viniste como gracia divina, a nuestro espíritu desgarrado.

 

Eres chambelán del dichoso sol.

Eres satisfacción de la esperanza al alba.

 

Eres el que desea y el deseado.

Eres al principio y al fin de todo.

 

Y cuando surges en nuestro pecho,

Eres el adorno de nuestros pensamientos:

El que desea y él que sacia.

 

Oh incomparable espíritu de vida,

Oh alegría de la teoría y la practica,

todo lo demás es pretensión, decepción, y fraude,

una fábula sobre causas y remedios.

 

El fraude que nos domina ha distorsionado nuestra visión,

nos tiene desdeñosos de los de abajo.

Nos tiene a veces ebrios por la belleza de los ojos de los ángeles,

Y a veces con ansías del festín terrestre.

 

Mira este embeleso, abandona la razón.

Mira este festín, abandona el discurso.

 

Tu que intrigas, tramas de mil formas y colores,

Tu que te escondes tras sembrar discordia entre los demás,

Tu que instigas guerras entre romanos y africanos,

Baja la marca “una maravilla, jamás vista.”

 

Lo que ganaste no mereció la aventura.

Reprende a los recovecos de tu alma.

Perdona a los demás. Deja de calumniar su empresa.

Tu espíritu gime: ‘Sálvame, Señor’

Pero tus palabras son pronunciadas en vano.

 

¡Silencio, que tengo prisa!

En algún lugar hay gente reunida,

Izando sus banderas alzadas.

 

Deja el papel. Quiebra la pluma.

El escanciador trajo el vino. ¡A celebrar!

 

Traducción por Romina Canet y Foad Mir

 https://www.bristolcreatives.co.uk/directory/romina-berenice-canet